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Videos De Gay Con Perro Que Se Abotona



La dueña de este perro estaba jugando con él hasta que se da cuenta que al animal se le ha puesto la polla bien dura, el pobre va desesperado por follar. Nunca lo han juntado con ninguna perrita de su raza y el pobre necesita sacar todos sus espermas para fecundar a alguna hembra. Como la perrita del vecino no estaba en esos momentos, su dueña decide practicar zoofilia con él. Así que ella se baja los pantalones y las braguitas y coge la polla erecta de su perro y se la introduce en su coño peludo. El perro se mueve y disfruta follado con la mujer hasta que termina haciéndole una corrida interna a su propia dueña.




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Para poder ver como esta hermosa se abotona con un perro xxx solo comienza a ver el vídeo, porque ver una mujer abotonada con perro xxx te va a encantar. Que morbazo es cuando mi mujer coje con mi perro.


Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por entrecanoardiente.Tengo 46 años y cuando era más joven solía, de tanto en tanto, echarme encima algun perro grandote. Me encantaba sentir su esperma caliente inundando mis intestinos. Lo que más me gustaba era quedar abotonado y quedar así todo el tiempo que el perro quisiera, dejandolo disfrutar tranquilamente de sus interminables eyaculaciones.


Durante el tiempo que quedábamos abotonados yo acababa sin siquiera tocarmela, eso realmente me gustaba mucho. Recuerdo que una vez acabé tres veces seguidas con la verga de un inmenso gran danés dentro mío. Como extraño aquellos tiempos. No soy gay, vivo en pareja, y además no tengo lugar para tener perro. Hace muchos años que no lo hago con perros. Soy de la zona Norte del Gran Buenos Aires, y recuerdo como si fuera hoy la última vez que quedé abotonado a un perro. Yo tenía 27 años. Una pareja amiga se iba de vacaciones y me pidió si por favor le cuidaba la casa mientras ellos no estaban. Y como yo estaba viviendo solo no tuve ningun problema. Al contrario, era una casaquinta muy hermosa, con árboles, parque, pileta, etc. cerca de la casa donde yo alquilaba.


Enceguecido en mi calentura salí a buscarlo, lo entré al living de la casa y lo acaricié. Lo acariciaba e iba bajando paulatinamente mis caricias hacia la panza y de allí hacia la verga, la rozaba como sin querer, siempre midiendo la reacción del can. El perro era muy bueno y mimoso así que estaba gustoso de mis caricias, pero yo quería más que eso y despues de un rato de caricias y caricias tomé su verga con decisión. El perro hizo un movimiento raro, pero yo no estaba como para arrepentirme, así que se la tomé y comencé a masturbarlo.


Yo estaba enceguecido de calentura, así que me saqué la ropa como un rayo, y me arrodillé delante de él como una perrita alzada. Pero el perro no sabía qué era lo que yo quería. Intenté varias veces ponerlo sobre mis espaldas pero el perro hacía fuerzas para salirse. Yo siempre estaba atento a no provocar el enojo, así que a veces interrumpía el intento para acariciarlo y masturbarlo. Eso le encantaba, y hasta se enojaba cuando paraba. De repente se me ocurrió la idea de agarrarle la pija y sin soltarla ponerme debajo de él y metermela en la cola. Hice eso, y cuando el perro sintió la tibieza de mi culito comenzó a empujar freneticamente. Despues de dos o tres minutos de empujones bestiales el movimiento cesó y yo comencé a sentir un ardor en el culito. Estabamos abotonados. Ahí tuve mi primer acabada sin tocarmela.


El perro pasó sus patas delanteras por sobre mi espalda y quedamos culito con culito por aproximadamente media hora. Yo tocaba el cielo con las manos porque sentía chorros y chorros de su esperma entrando en mí. Acabé una vez más y me relajé, el perro hizo un movimiento fuerte y nos soltamos. Cuando vi la monstruosidad que me comí no podía creerlo. Debía medir como 28 centímetros desde la punta hasta la base. Y su bola era del tamaño de mi puño. Una delicia!. Estuve en esa casa quince días, durante los cuales el perro no se separó de mi lado. Quería cojerme a cada rato. Fueron los quince días más intensos de mi vida. Quedamos lo dos extenuados.


Cuando mis amigos llegaron me preguntaron si el perro se había portado bien, y yo le dije De maravillas!. Pero esa fué la última vez que un perro me abotonó, y hasta el día de hoy nunca más volví a hacerlo.


Tengo muchas pero muchas ganas de volver a sentir eso, por eso busco amigos que tengan algun perro y me inviten a jugar con su mascota aunque sea un ratito. Si hay alguien que viva en el gran Buenos Aires o Capital y tiene un perro por favor avíseme. Soy agradable, culto, buen físico, limpio, respetuoso, amable y muy reservado. Escribime y charlemos, si hay onda (ojalá) Ayudarías a tu perrito a que me montara? Nunca lo hice con un hombre, pero si me prestas el perrito también a vos te dejo que me cojas. Besos. Escribime a calidoabril@yahoo.com.ar Jorge 2ff7e9595c


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